vieira del Mar Mayor

vieira del Mar Mayor

En esta cabeza de peregrino de Borgoña (siglo XV), conservada en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, destaca el símbolo de la peregrinación a Santiago, creado por la Iglesia Compostela hace novecientos años. Los peregrinos conservaron la vieira como señal de llegar al extremo confín de la Tierra, al Mar Mayor. Aquí, en las costas de Fisterra y Muxía, se recogían en la ribera, en la Edad Media ya se vendían en Santiago y se hacían también de plomo y otros metales. El símbolo jacobeo se popularizó y hoy son más de quinientos los ayuntamientos franceses que cuentan con conchas en sus escudos, casi cien en Alemania, más de cincuenta en Portugal, treinta en Suiza o en Chequia... Son las huellas de un camino que llega hasta el Fin.

Vieira más antigua

Vieira más antigua

Esta vieira de peregrino, hallada en el subsuelo de la Catedral de Santiago, es anterior a 1120. Fue poco antes cuando se creó el símbolo: entre 1099, cuando los cruzados toman Jerusalén y abren la peregrinación a los lugares santos del cristianismo, e 1106, año en el que acontece el milagro de Apulia, Italia, en el que la concha de un peregrino sana a un caballero (Códice Calixtino). Ante la popularidad de las palmas que traen los que vuelven de Jerusalén, Compostela crea el símbolo de la vieira.

De la ribera oceánica

De la ribera oceánica

«En este lugar llamado Fisterra, situado junto al Oceanus Occidentalis, la ribera está llena de moluscos de los que suelen llevar colgados los peregrinos...». Así contaba el austriaco Cristoph Guzinguer, que peregrinó a Fisterra y Muxía en 1654. Fue la abundancia de estas conchas lo que llevó a Gelmírez, arzobispo de Compostela entre 1100 y 1136, a idear un distintivo barato para la peregrinación Jacobea: la señal de haber llegado al Mar Mayor, al Fin de la Tierra.

Bocatto di cardinale

Bocatto di cardinale

La vieira es un bocado exquisito. En Galicia, se comen moluscos desde la prehistoria, así lo acreditan los concheros, depósitos de conchas y otros restos de comida, hallados en yacimientos de la Edad de Bronce. Pero las vieiras parecen entrar en la culinaria gallega mucho después. La receta más común es prepararlas al horno, con o sin pan rallado, como las del chef de Muxía Alfonso Antelo, pero también en empanada, quizás como aquella que está representada en el Pórtico de la Gloria.

Chascarraschás

Chascarraschás

Este título es una onomatopeya, una palabra en lengua gallega, que hace referencia al sonido de las conchas de vieira cuando se frotan una contra otra. Son un instrumento ancestral, pero aún muy vivo en la música tradicional gallega, acompañando el canto o el sonido de una gaita, como refleja esta copla popular: «Eu teño un canciño bonito abofé, / que baila a muiñeira na punta do pé, / na punta do pé dá pinchos pra atrás / e toca nas cunchas o chascarraschás» («Yo tengo un perrito bonito, doy fe , / que baila la muiñeira en la punta del pie, / en la punta del pie da volteretas hacia atrás / y toca con las conchas el ‘chascarraschás’»).

La confusión de Linneo

El sueco Linneo (1707-1778) fue el creador de la clasificación científica de los seres vivos, con un sistema binominal en latín, que indica género y especie. En 1758, Linneo designa Pecten jacobaeus a las vieiras, pero esta es una especie endémica del Mediterráneo. Poco después, el científico designa como Pecten maximus a la especie endémica de las costas gallegas y de todo el Atlántico europeo, que son de mayor tamaño que las mediterráneas.
En el mapa: distribución de las dos especies en Europa (Ramón Cabello et al. 2001).